En tiempos de pandemias y verano, una de las afecciones oculares clásicas que vuelve a subir a la palestra es la conjuntivitis. Antes de que te asustes y empieces a autodiagnosticarte en Google, debemos recalcar que la conjuntivitis no suele ser nada grave ni es común que deje secuelas. También es importante visitar a un especialista para determinar la gravedad de la conjuntivitis y consultar su adecuado tratamiento.

Lo que sí es cierto, es que la conjuntivitis es tremendamente contagiosa, y se propaga de forma especial entre los más jóvenes debido a su interacción en espacios públicos. Daremos un repaso por sus características principales y las recomendaciones que nosotros damos para cualquiera que la padezca.

Pero… ¿qué tipos de conjuntivitis existen principalmente?

Tipos de Conjuntivitis

Hay tres grupos principales en los que podríamos diferenciar las conjuntivitis en base a su origen:

  1. Conjuntivitis Viral
  2. Conjuntivitis Alérgica
  3. Conjuntivitis Bacteriana

La Conjuntivitis Viral

La Conjuntivitis Viral se produce, como su nombre indica, debido a la acción de diferentes virus. Es muy común que tengan que ver con los que afectan a las vías respiratorias. Es especialmente contagiosa, y más en el entorno acuático. En general es causada por adenovirus o enterovirus. Es la principal responsable de la Conjuntivitis Aguda.

Los síntomas de este tipo de conjuntivitis pueden ir desde la fotofobia y la irritación, hasta el lagrimeo, escozor o sensación de tener un cuerpo extraño en el ojo. En el caso del adenovirus, si estamos en un estadio un poco más avanzado, podemos desarrollar papilas, pseudomembranas o queratitis.

La incubación del adenovirus suele actuar en un rango entre 4 y 10 días, y en casos extremos, podría dañar la córnea. En caso de persistir las molestias durante un tiempo muy prolongado, será necesario comprobar si hay daño corneal con una lámpara de hendidura.

La Conjuntivitis Alérgica

La Conjuntivitis Alérgica aparece por la reacción de nuestro cuerpo a determinadas sustancias. Puede ser debido al polen, el polvo, ácaros, pelos de animales, cosméticos, etc. No es necesario alarmarse, pues suele ser leve y pasajero, y además la conjuntivitis alérgica no es contagiosa (como la irritativa tampoco).

También es habitual que podamos desarrollarla debido al cloro que utilizan en las piscinas y con el que estamos bastante en contacto en el verano. Cuando el cloro se mezcla con sudor, saliva u otros fluidos produce cloramina. La cloramina es muy dañina para el ojo y nos puede producir lesiones importantes a través de las mucosas. Por eso se recomienda utilizar gafas de buceo en la piscina y lavar los ojos con agua dulce abundante al salir.

Aquí nuestro foco de atención principal debe ser la alergia que propiamente tenemos, más que la reacción ocular producida por esta. Es inexcusable visitar un especialista en alergias para diagnosticarse y recibir el adecuado tratamiento.

La Conjuntivitis Bacteriana

La Conjuntivitis Bacteriana es consecuencia directa de la presencia de bacterias en el ojo. Afecta mayormente a los niños y es bastante contagiosa.

Prevención de la Conjuntivitis

Hay ciertas acciones que van a mantener el riesgo de contraer una conjuntivitis mucho más bajo:

  1. Lavado de manos.
  2. Limpiarse los ojos o tocarlos con pañuelos.
  3. Taparse la boca al estornudar para no sacar aerosoles despedidos hacia otra persona.
  4. No rascarse los ojos, usar gasas o verter colirio ante el picor.
  5. Si usas lentillas de la misma graduación, no confundirlas de ojo para no extender la infección.

Tratamiento de la conjuntivitis

La conjuntivitis suele ser poco lesiva y pasajera. Por lo general, cuando es leve se cura sola. No obstante, es importante tener en cuenta que hay tipos de conjuntivitis más contagiosas que otras, y también las hay más peligrosas. Si las molestias persisten más allá de una semana, es importante acudir a un especialista con los síntomas que tienes para comprobar cómo está evolucionando.

¡Te invitamos a visitarnos y revisar tu vista!

Un abrazo, Óptica Rola.